lunes, 13 de noviembre de 2023

Otro noviembre 13

 Hoy, escribo, de nuevo, otra vez, noviembre 13...

las musas ronronean y suspiran, recargadas entre las tazas de té... té... 

si, té y no café, estoy por cumplir 33 años, (la edad de Cristo! acostumbra el decir de la gente); sonríen y me miran absortas jugueteando con sus cabellos rizados de oro y plata, centellean con el nuevo brillo del renacimiento, ya no son aquellas fieras agoreras, con sus ropas en fuego y el cabello en llamas, los ojos fríos y la bípeda lengua venenosa siseando en mis oídos; ahora en cambio, los pliegues vaporosos de sus faldas se esponjan como si corrientes de aire les ensancharan al compas de sus suspiros, las alas tejidas de pelo de unicornio tintinean y se expanden como pequeños cristales al sol. 

Quien las viera, hijas de la chingada! Pequeñas demonias convertidas en bellos ángeles cantores y empalagosos, a merced de mis dedos, a voluntad de los letargos de mis tardes de sofá y té. 

A veces las noto un tanto aburridas, y las dejo dormir en su ahora amado cajón, se los dejo abierto para que en sueños me visiten, pero duermen tan felices, que me abandonan a las hermanas pesadillas que me acompañan desde los 6. 

Hoy es noviembre y escribo. 

La lucha ahora es rutinaria, la batalla ya no la ganan las musas, el duelo son las deudas, los servicios por pagar, dinero para comer y subsistir, el sueño de ahorrar y crecer, la ilusión de algún día ver el rostro vivo de esa hermosa niña, el dolor del camino para llegar a su encuentro, el miedo a que el amor se enfrie y muera como muchas cuentan y atestiguan, el terror de las noches de despertar sola, el horror de presentir de nuevo que no llegará a casa...

Vencí miedos, les derrote y me rei de ellos en una voltereta de ridikulus cual vil boggart de closet, y otros 10 crecieron desde lso rincones oscuros bajo mi capa...

Asi que de nuevo, c on las renovadas y chingadas musas, pero escribo, para acallar los nuevos caminos de oscuridad, para encontrarme dia a dia con la fortaleza de mi ser, para inventarme y reinventarme otros diez años mas, para sexisitir, existiendo. 

Hoy es noviembre, escribo. 

Recapitulándome

 Leo lo que pensabas que yo era, 

me identifique en la vasta descripción 

y pensé, por un segundo, ¿me adapté?, 

¿me cocine a fuego bajo para ti?

Pero no, porque mi niña de hace 25 años,

se encontró también en esa descripción,

la niña fuerte que enfrentaba todo,

la amada hija que decidía según quería, irreverente;

la que reía y bailaba al centro en las fiestas 

a las que invitaban a su hermana 

y en las que triunfante florecía y brillaba. 

Y se encontró esta regia mujer que hoy camina con paso seguro,

segura de quien se sabe, amante de sus tiempos y sus días.

Así que no, no me construí a partir de ti, 

me leíste y me aprendiste el carácter tan hondo y profundo,

que el boceto que me contabas era preciso 

al corazón en llamas que reina dentro mío y que en esos tiempos corria peligro de extinguirse. 

Pero que hoy, ruge incansable y fuerte, con el brahamar retumbando desde las entrañas. 

Y tú solo, caminaste conmigo...


Hoy escribo, de nuevo, al fin es de nuevo noviembre. 

jueves, 13 de abril de 2023

A Dios gracias!

 Hoy que estamos a pocas noches de cumplir uno de nuestros sueños,

a Dios agradecimos juntos por la vida,

por el bello milagro de haberte traido conmigo de regreso,

aquella noche que tan fatal en mi corazón se presentía. 

Un ruego en agonía desde el corazón la Dios e hice,

y luego con la mayor entrega, me dedique a mi amor esperar,

en una llamada mi miedo se convirtió en pesadilla

y todos los planes, nos volvió a cambiar. 


En la presencia del señor y con mi amor al lado

en lagrimas profundas le agradecí

y nuestro amor y vida ofrecí a voluntad suya

pues aun faltan muchos y tantos sueños por cumplir...



"Vale el amor"

 Suspiro al leer a la mujer del pasado 

la miro a traves de las palabras y sonrio,

Quisiera, si pudiera viajar en el espacio/tiempo estas letras,

decirle nada, solo un abrazo enviar y un susurro cálido:

"vale el amor".


La historia que hemos escrito hace casi 11 años, 

las letras que en mi corazón hilaba para que te supieses amado,

los disparos con los que catapulte las largas noches,

los bellos momentos que en besos, abrazos, caricias, ahora forman nuestro legado.

La espera, el dolor, la pérdida y el encuentro de mi ser,

tu partida,  los miedos, el tiempo, la distancia, 

las diferencias, los tropiezos, las malas y buenas decisiones,

también tejieron este sabernos nuestros. 


"Vale el amor", lo vale TODO. 




 Me encontré.

La adolescencia me había llegado tardía.



Escena del crimen

 Casi 9 años les guarde en el cajón mas pequeño y recóndito de la alacena

bufaban en coro el 30 de cada mes, 

sabían de tan delicada fecha agitando las aguas mansas de los recuerdos, 

de cada 30 de cada mes del frabuloso año 

en que vagaba mi ser buscándose sin hallarse.


Rumiaban cada fecha olvidada, 

febriles se agitaban cada día siguiente de una noche larga...

En 9 años hubo algunas tantas, 

y jubilosas retumbaban sus cascabeles y delicadas ropas contra la madera del cajón

para saberse triunfantes, para atormentarme la tristeza


Algún par de veces, sucumbí a sus engaños, 

histérica del tintinear de sus bailes, abrí con sigilo la alacena

en un segundo saltaron liberadas y volaron a mis dedos para sentirse de nuevo vivas,

lloraron, gimieron, saltaron en cada una de las llagas viejas y bebieron de las nuevas heridas.


Las musas, se regocijaron y me sonrieron,

con sus maléficas alas soplaban sobre mi las palabras que acallaban en mi pecho, 

las frases que en mi mente carcomían el tiempo, las canciones, los ayeres, el futuro.


Las malditas y chingadas musas, danzaron con astucia sobre mío, 

y ya desmadejada, en el ultimo expirar de la agonía, 

Me encontré. 


Parte II

En el mas pequeño y recondito cajon de la alacena, les volvi a encerrar. 

Reia ahora yo de ellas. 

En 9 años los días de sonrisas y amor llenaron mas mi calendario.

En los reencuentros y en la bienvenida, palidecieron hasta casi dejar de existir, 

sus alas y sus ropas cambiaron a un tenue verde que muy bien les sentaba, 

se resistian en cada beso enviado a la pantalla del celular,

las llamadas, los viajes, los te amos, pintaron de verde y rojo a diciembre y luego marzo y al final marzo otra vez.  

Ni las discusiones, ni los chantajes que dejaba atras cuando corria a verle manchaban 

el reecuentro de nuestros corazones, ni esas tristes pavesas encendieron el fuego de las jodidas musas. 


Y el retorno a casa del cual quisieron adueñarse, solo les hizo apagarse y hacerse mas pequeñas. 

Entonces las musas no tomaban mis dedos, mis dedos estaban ocupados entre los suyos, .

contandonse las noches que tan lejos se tenían. 

No niego que en 9 años de silencio hubo esporadicas salidas del cajon, 

las musas no tuvieron sus tan inspiradores momentos,

aprendieron a morirse y desahuciarse por el sol de los días. 

El sol que desde junio 2018, calienta nuestra vida juntos.